lunes, 1 de agosto de 2011

No sirvo para esto...

Madre mía!! Dos meses han pasado desde la última entrada. Escribir en este blog es casi como ir al psicólogo, o al menos en mi caso. Me explico: dejé de ir porque, aparte de la economía, pues porque lo único que hacía era ponerme en situaciones alarmantes para mi y pensé que eso, lo podía hacer yo. Mi primer fallo. Como siempre, llevo un fallo de fábrica y el más importante, que ante un problema, pienso que lo puedo afrontar sin problema.


También influye mucho la constancia y el ambiente que necesito para tirar adelante con este blog. Constancia porque casi nunca me acuerdo de que existe excepto por la noche justo antes de acostarme. Entonces, como cada noche, pienso: me iré a dormir, pensaré como enfocar la entrada y mañana me pongo en un momento. Claro, y así hago todos los días la entrada? noooo, el pensar eso cada día. Y se queda en eso, en pensar en hacer.


Es normal que este blog que sea más personal, mi más yo interno con todos sus problemas sea más difícil que hacer uno más cachondo como el otro, con sus ideas y sus tonterías varias para pasar un buen rato. Cuando llega el momento de ponerse serio y afrontar la más triste de mi realidad, como en todo, salgo huyendo. Pero no. Voy a perseverar y a intentar no hundir este barco que va a medio camino de la felicidad que, aunque la ve muy lejana según el día que tiene uno, algún día se que la conseguiré. Porque si hay algo que llamamos virtud y no me falta, es el de conseguir cualquier reto que se me ponga delante, aunque ese reto lleve ya 10 años enfrentándose a mi, o yo a él, según se mire.


Días atrás un conocido preplaya comentó el dedicar 10 minutos por la mañana para plasmar las cosas en un escrito que ibas a hacer durante el día y otros 10 minutos al final para comprobar qué has conseguido y lo que ha quedado en el tintero, el porqué se ha quedado ahí y posibles soluciones. Me pareció algo increíble para llevar a cabo y me gustaría llevarlo a cabo. Como todo, intentaremos llevarlo adelante. Como todo, veremos cuantas veces publico algo relacionado con este asunto...   :-(


Otro personaje vinculado al preplaya comentó que muchas ideas se quedan en la cabeza y no acaban saliendo jamás de ahí. Eso es cierto. Siempre intentas plasmar lo que piensas pero siempre vigilando la ortografía, la estructura, etc. y al final, no queda como tiene que quedar. Hay que soltarse el pelo y escribir y escribir. Luego repasar lo más básico y, en su caso, corregir lo que se pueda pero dejar la esencia de ese escrito que ha salido desde el interior de uno mismo.


 Bueno, por hoy lo vamos a dejar aquí pero tengo en mente ya la siguiente entrada, y eso es bueno. Intentaré que no se quede en la mente y salga a la luz.


Nos leemos!